lunes, septiembre 12, 2011

Ernesto se comunica

En estos últimos meses, Ernesto y yo nos comunicamos mucho mejor. Estoy convencido que el afecto mutuo es fundamental a la hora de elaborar formas de comunicación de manera espontánea, y a la hora de comunicarse sin protocolos previos.
Ocurre a menudo que me recluyo a descansar, o ver tele, en el cuarto 3. Ernesto va a verme. Si la puerta está entreabierta y quiere verme, la empuja y entra, y salta al sillón y se acomoda a mi lado. A veces se echa a dormir así. Si la puerta está entreabierta y quiere decirme que tiene hambre o que cree que la comida está lista (porque ha estado oyendo hervir la cacerola), entra, mi mira con los ojos grandes y cara de loco (la misma cara que pone cuando lo bañamos) y vuelve a salir para golpear nuevamente a la puerta por fuera, pero sin entrar. ¿No es impresionante?
Si la puerta está cerrada, golpea. Pero si lo que me quiere decir es que tiene hambre, cuando le abro no entra sino que permanece ahí, por fuera, y vuelve a golpear la puerta, aunque esté abierta.

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