lunes, enero 28, 2008

Punga Se Enfada

La Punga se enfada cuando la soplo. Si la soplo arrojándole el aire a la cara, primero se yergue claramente molesta y mirándome a los ojos. Si la soplo nuevamente, se acerca a mí de manera agresiva, mirándome para darme un manotazo.
A veces ha logrado darme un zarpazo. Pero siempre que me pega, lo hace sin sacar las uñas.

Así, si está realmente enfadada, ¿por qué no me araña? El hecho de que restrinja y limite su agresión a un simple manotazo, ¿quiere decir que tiene algún sentido de la proporción? Claramente, para ella el enfado que le causo soplándola, no vale un arañazo. Vale un manotazo.

Es decir, la Punga maneja una cierta noción de justicia o de lo justo, del castigo adecuado que merecen ciertas acciones mías.

domingo, enero 27, 2008

Punga y el Timbre de la Puerta

La Punga hizo algo extraño. Estábamos en el escritorio y ella, como habitualmente, dormía sobre un cojín junto a nosotros. Sonó un timbre y la Punga se irguió y rugió, como hace cuando alguien llama a la puerta.

Pero esta vez no era el timbre nuestro, sino uno de la televisión, que estaba encendida en la sala y se escucha desde el escritorio. Y no se parecía en nada a nuestro timbre.

¿Cómo reconoció que se trataba de un timbre? No se supone que lo sepa.