lunes, enero 12, 2009

roberto intentó suicidarse


Hace unos días. Estoy casi segura, por lo siguiente. Este gato todos los días toma sus dosis de sol. No se expone más de la cuenta. A los 10 o 15 minutos de tumbarse se retira a la sombra, y luego vuelve a exponerse si acaso, y así alterna sombra con sol, siempre calculando el efecto sobre su organismo. Cuando anuncian en la tele que los rayos están especialmente peligrosos yo lo sé por Roberto, que directamente pasa del sol ese día.
Por eso lo que hizo hace unos días fue tan llamativo. Yo estaba muy ocupada, y Edmundo también. Pudimos jugar poco con él. Cuando llegó el sol por el suroeste, él entró en la habitación donde a diario se tumba (donde a diario procede como acabo de explicar). Sin embargo, este día no se retiró en ningun momento del sol. Me di cuenta cuando entro en la habitación y veo que está totalmente acalorado, con cara de zombie, bajo el sol asesino. Lo retiro a la sombra, extrañada de que no lo haya hecho él, y al volver a los 2 minutos lo encuentro de nuevo bajo el sol, sin energía. Tuve una sensación de patetismo. Me pareció que claramente me transmitía esta información: "estoy matándome". No quise pensar en ello: lo retiré a la sombra. Y al rato lo mismo...
Por la noche ya, Roberto no salía de una cajita donde suele echar sus cabezaditas. Me acerco, lo toco y veo que tiene la cabeza ardiendo; no podía levantar el cuello; estaba muy enfermo. La prueba definitiva: Edmundo hace determinado ruido en la cocina (ruido al que él siempre responde arrastrándose hasta allí para recibir comida). No se mueve.
Definitivamente hay que hacer algo. Fue muy sorprendente la rapidez con que salió a continuación de su estado malacatoso. Le abrimos la boca y le dimos agua. Le mojamos la cabeza, y el cuerpo, ante la mirada horrorizada de la Punga, por cierto.
Y se salvó. Inmediatamente revivió. Y con muchas ganas de pasear por la casa. Saliendo como de una pesadilla, me pareció. Y muy agradecido.