Roberto usa sus manos. Aparte de lavarse la cara con el agua del cuenco, hace otras cosas con sus patas. La Pepa le dio a lamer un vasito de yogur. Roberto no podía llegar con su lengua hasta el fondo, así que metió una pata, la embadurnó de yogur y luego se la chupó.
Usó la pata como herramienta, como cubierto. Increíble es este Robertico.
Una amiga me contó que su gato come lomitos de atún sacándolos con las garras de la lata, no con la boca.
No deja uno de asombrarse.
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