lunes, octubre 31, 2011

Ernesto y su sentido de urgencia

Cuando Ernesto quiere salir al patio, se sienta junto a la puerta y la araña, para volverse enseguida hacia mí o la Pepa. La idea es que le abras. Pero no es urgente, puede esperar, como ocurre a veces que no reaccionas de inmediato a abrirle la puerta porque estás ocupado en otra cosa.
Pero cuando es urgente hace lo mismo: se dirige a la puerta, la araña, pero en lugar de volverse a mirarnos, se queda parado con la cabeza contra la puerta, sin volverse a mirarnos. Eso significa: Me tienes que abrir ahora!
Lo más increíble de todo es que nunca le hemos enseñado ese código. Son inventos de él.

Ernesto y Nora bailan salsa

Anoche la Pepa y yo nos pusimos a bailar salsa y en cuestión de segundos se nos unieron Nora y Ernesto, mientras Ramón y Lolita miraban. Nora se levanta en sus patas traseras y se acerca a mí, o a la Pepa, para que la llevemos por sus patas delanteras. Ernesto es todavía más impresionante, porque se pone frente a alguno de nosotros y agacha la cabeza moviéndola de un lado a otro y mueve las patas delanteras, como cuando nos llama la atención -que es como que araña- y gira sobre sí mismo. Impresionante. Luego se unió Lolita, pero es coja y no puede hacer lo mismo que Nora. Pero todos riendo y disfrutando del baile. Y no estoy antromorfizando nada.
Obviamente saben cuando estás alegre y comparten la alegría, recurriendo a tu idioma -o sea, riendo y moviéndose como tú -de cierta manera, imitándote. Muchas veces los chuchos en casa parecen más bien monos: pueden ser muy comunicativos y te gastan bromas -como ladrar anunciando extraños para que abras la puerta y meterse a la mala (no invitados) a la casa.